Embarazo: Nuevas emociones y experiencias


El embarazo es un estado nuevo en el cuerpo y mente de la mujer. Son nueve meses de cambios constantes, en donde los aspectos físicos y emocionales se encuentran en una danza permanente. Este estado es independiente de ser el primer, segundo o tercer embarazo: hay un pequeño bebé creciendo en el vientre de la mujer, y día a día le brindará experiencias distintas.
Fuente foto Guiainfantil

¿Qué podemos esperar en el embarazo?
Desde el mismo instante de la concepción, el cuerpo de la mujer tendrá que enfrentar varios desafíos.
En primer lugar podemos mencionar los cambios en el cuerpo. El crecimiento del bebé lleva a que el cuerpo de la mujer necesite más energía. La mujer notará que su apetito aumenta, que siente rechazo por determinado tipo de alimentos o preferencia por otros. Estas son señales que el cuerpo va marcando de acuerdo a los nuevos requerimientos. Recuerdo el caso de Florencia, quien sufrió de nauseas los primeros meses del embarazo; ella expresaba con frecuencia: “tengo hambre, pero no puedo comer”. La alimentación puede ser un tema que genere ansiedades, fantasías y miedos que no siempre son sencillos de manejar. Las náuseas matutinas, los antojos, los ataque de hambre, son todas formas que el cuerpo tiene de expresarse respecto a esta nueva situación. Es importante mantener un menú saludable y saber que es necesario ganar ciertos kilos durante el embarazo, pero no en exceso. Esto será significativo para el desarrollo de nuestro bebé y tendrá un impacto directo en la salud de la mujer en el puerperio.
Algunas mujeres sienten fuertemente el impacto de los cambios corporales, sobre todo cuando el aumento de peso se da por encima de lo esperado. Cada persona tiene una imagen corporal de sí misma, esto va más allá de la realidad o de lo que diga el espejo: nos imaginamos que somos de cierta manera y tenemos un cuerpo fantaseado al que quisiéramos alcanzar. Cuando esta imagen mental difiere en gran escala de la imagen real, nos puede generar sentimientos fuertes de frustración y rechazo. Quizás la mujer no se sienta atractiva, puede no tener deseo de tener intimidad por no querer mostrarse, entre otras reacciones. Claro está que no todas las mujeres lo viven de esta manera, muchas se sienten a gusto con su nuevo cuerpo y lo disfrutan al máximo. Se sienten plenas, se ven lindas y atractivas. Esto se relaciona con la idea, las vivencias y sentimientos que cada mujer tenga respecto a lo que es un cuerpo de una mujer embarazada. Si nuestros preconceptos son negativos, quizás vamos a tender a vernos feas, con sobrepeso, poco atractivas; si nuestras ideas previas del cuerpo embarazado son positivas, probablemente vamos a tender a disfrutar de estos cambios y de nuestra nueva imagen corporal.
El cansancio físico se ve presente principalmente al inicio y al final del embarazo (primer y tercer trimestre). Las primeras semanas la mujer notará un seño inusual y gran facilidad para conciliarlo. A medida que avanza el embarazo, sobre todo cerca de las últimas semanas, el cansancio tiene relación con el peso propio del bebé más la placenta, hay un desgaste físico y molestias a nivel de la espalda y pelvis. Esta situación incide en el estado emocional de la mujer, sobre todo si hay otros niños para atender. La mamá puede sentirse más irritable de lo usual, que no rinde en el trabajo o en sus tareas cotidianas como estaba acostumbrada. En mujeres muy exigentes consigo mismas, esto puede despertar sentimientos de frustración y malestar.

El juego hormonal del embarazo tiene un efecto directo en las emociones de la mujer. Se puede sentir más vulnerable y sensible. Quizás se encuentre llorando frente a una publicidad televisiva, o cualquier situación que anteriormente no la movilizaba. Podemos decir que en el embarazo los sentimientos están más a “flor de piel”, esto es tanto para la alegría y sentimientos positivos, como para aquellos sentimientos de tristeza y angustia.
La mujer puede encontrar que se olvida de las cosas, su nivel de atención puede estar disminuido. Si lo pensamos desde un punto de vista energético, el cuerpo está usando la energía para el crecimiento del bebé, el resto de las actividades pasan a un segundo plano.

Esta realidad emocional puede ser frustrante para la mujer, porque está más cansada, más sensible, quizás más irritable. Pero las tareas domésticas y/o laborales no suelen tener consideración sobre el embarazo, la mujer tiene que seguir funcionado. No obstante, personalmente invito a las mujeres a buscar disfrutar de esta experiencia, y dejarse llevar por las señales que su cuerpo le expresa. Quizás estemos un poco más desordenadas, quizás no rindamos tanto en el trabajo, pero somos la cuna de nuestros hijos; cuidarnos, mimarnos, darnos pequeños lujos son una forma de atender y cuidar a nuestros bebés. Sentir la libertad de llorar, de enojarnos o de dormir una siesta. Las mujeres somos las primeras que tenemos que bajar las exigencias que nos colocamos, dejar que las emociones fluyan, y disfrutar al máximo esta experiencia… son poquitos días, el embarazo dura unos 280 días en total ¿qué te parece disfrutarlo al máximo?

Lic. en Psic. Claudia López
Consultora de Lactancia (IBCLC)
Educadora de Parto (LCCE)

Fuente foto Terra

Primer trimestre
Se caracteriza por cansancio físico. La mamá tendrá más sueño de lo habitual. Puede sufrir de nauseas matinales. Aún no hay evidencias claras del embarazo (la panza aún es chica) lo que hace que el resto de las personas no lo vean a simple vista. Puede haber fantasías y miedos de perder el embarazo. Asimismo, son frecuentes los cambios de humor bruscos y la ansiedad.

Segundo Trimestre
Es la época más disfrutable ya que el tamaño de la panza aún no ejerce un peso que resulte molesto. Las náuseas y molestias físicas tienden a ceder, lo que conlleva que la mamá esté de mejor humor. Las personas alrededor comienzan a notar el embarazo y la mujer se siente atendida por el entorno. La mujer comienza a sentir los movimientos del bebé, lo que la anima y asegura en su estado.

Tercer Trimestre
Se caracteriza por cansancio y molestias a nivel de la espalda y pelvis. La mujer puede tener dificultades para dormir y necesidad de orinar con frecuencia. Los movimientos del bebé comienzan a ser evidentes para el entorno, siendo momento muy disfrutables para el padre y hermanos mayores. Pueden aparecer ansiedades por la cercanía con el parto y por querer conocer al bebé.




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