Semana Internacional de la Crianza en Brazos: “Continuando las tradiciones”

La Semana Internacional de la Crianza en Brazos (SICB) 2012, tiene por lema “Manteniendo las tradiciones”. Es organizada a nivel internacional por Babywearing International, y se desarrollará del 8 al 14 de octubre. Durante estos días, alrededor del mundo, se realizarán actividades que concienticen sobre la importancia de tener a los bebés en brazos, y promuevan el uso de portabebés.

En nuestra cultura se ha acrecentado la práctica de llevar a los bebés en “cochecitos” o “sillitas portátiles”. Sin embargo, estas no han sido las prácticas que han mantenido la supervivencia de la especie. Resulta curioso el dato de que la rueda fue inventada en el año 5500 A.C, mientras que el “cochecito” recién se creo en el año 1733 D.C, en sus comienzos era una forma de entretenimiento para los príncipes. Con el correr de los años fue evolucionando al artefacto que conocemos hoy día, desplazando el uso de portabebés. En la actualidad se está volviendo a las prácticas que utilizaron nuestros ancestros, al reconocer sus beneficios y utilidades.

En diversas culturas nos encontramos con que las mujeres llevan a sus bebés en brazos, en la cadera o sobre su espalda, ya que les permite realizar sus trabajos, recorrer muchos kilómetros, continuar con la vida cotidiana, mientras que el bebé permanece en el mejor lugar posible, el regazo de su madre. Existen países, como por ejemplo Bolivia, en donde no existe la posibilidad de llevar a un bebé en un cochecito, porque la infraestructura de la cuidad (con grandes subidas) no lo permite. Allí, las mujeres vuelven al trabajo a las semanas de haber parido con sus bebés “a cuestas”; de esta manera, sus bebés crecen durante meses envueltos en el cuerpo de su madre, hasta que comienzan a caminar.

En los países anglosajones le llaman “Babywearing”, en España “porteo”. Si bien no tenemos en Uruguay una palabra que resuma el hecho de cargar a nuestros hijos en Portabebés, cada vez más vemos en la calle, en la playa, en un shopping, o en el parque a bebés y niños cargados en portabebés de argollas, fulares, y otros. Cargar a tu bebé, significa llevarlo cerca en un portabebé de tela, sea cual sea el modelo. Cuando un bebé es cargado se estimulan los distintos sentidos, colaborando a su desarrollo: puede sentir el ritmo de la respiración del adulto, escuchar los latidos del corazón, ser tocado con frecuencia, escuchar si le hablamos o cantamos, y sentir nuestros mimos. Existen fundamentos importantes respecto a los beneficios que conlleva tanto para la madre como para el bebé. Desde el punto de vista físico, el uso correcto del portabebé, mantiene al niño en una forma anatómica que permite el adecuado desarrollo de sus huesos y músculos. Por ejemplo, se habla de la posición “ranita” la cual es ideal para los bebés que nacen con displasia de cadera; esta posición implica que las piernas estén abiertas en un ángulo mayor a 90°, y las rodillas estén flexionadas por encima de la cadera. Asimismo, el contacto físico del cuerpo del adulto con el del bebé, ayuda a regular la temperatura del último. Esto es ideal para bebés prematuros. Del mismo modo, el calor colabora en aliviar los síntomas de “cólicos” tan frecuentes en las primeras semanas. Para el adulto, el portabebé le permite cargar al niño distribuyendo el peso de forma más equitativa en el cuerpo. Esto alivia las tensiones musculares, a la vez que le permite tener las manos libres.

Algunos portabebés como los fulares, permiten cargar a nuestros bebés piel con piel en nuestra casa, quedando ambos, mamá (o papá) y bebé bastante cubiertos. Por otro lado, amamantar en un portabebé permite a las mujeres estar disponibles para cada toma, generando un espacio íntimo y discreto si es que lo necesitan.
A nivel científico, un estudio publicado en el año 1986 encontró que los bebés de 6 semanas que eran cargados en un portabebé, por lo menos 3 horas al día, lloraban y se quejaban 43% menos que aquellos que no eran cargados, y 51% menos en las noches. En el año 2007 la Dra. Blois presentó un estudio en el cual demuestra que los bebés que son cargados, no solo lloran menos, sino que, cuando la madre es quien lo utiliza, fomenta su vínculo, generando una respuesta más sensible en el adulto. En algunas mujeres con depresión postparto, o con tendencia a la misma, se pueden utilizar los portabebés como forma de apalear los síntomas de la enfermedad.

¿Cómo elegir un portabebé?
Existen varios modelos y marcas de portabebés. Se deberá buscar aquél que se acomode mejor a las necesidades familiares y brinde seguridad en su uso. Hay algunos elementos importantes que se deben tener en cuenta a la hora de elegir un portabebé. Primero, el diseño y el ajuste del mismo, el portabebé debe asegurar que la zona del cuello y cabeza del bebé tengan un correcto sostén. Esto es importante sobre todo en los primeros meses. Hay que tener en cuenta que el rostro del bebé debe quedar descubierto, para no obstaculizar el pasaje de aire. Otro elemento primordial es la posición de las piernas; éstas no deben quedar paralelas. Para un correcto desarrollo de la cadera es importante que, durante los primeros meses, el bebé mantenga sus piernas en la posición “ranita”.

En nuestra cultura podemos encontrarnos con la creencia de que cargar a nuestros bebés es “malcriarlos” o “darles maña”. Pero cargar a nuestros bebés es hacerle caso a nuestro instinto, responde a prácticas que realizamos desde siempre en la historia de la humanidad. Sin necesidad de investigaciones científicas, nuestros ancestros ya conocían los beneficios y utilidades del “porteo”, de llevar a nuestros bebes cómodamente en artefactos de tela. Con ellos, nos aseguramos de tener a nuestros bebés “al alcance de nuestros besos”.

Lic. Claudia López
Lic. María Claramunt
Directoras de Portabebés MITAI
www.mitai.com.uy

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