Ser papá hoy...

La paternidad es un rol que se ha transformado vertiginosamente en pocos años. Si pensamos en 40 años atrás, culturalmente los hombres se mantenían por fuera del proceso cultural de embarazo y nacimiento. Esta forma de vivir la paternidad no debemos juzgarla, pues correspondía a otro momento socio-histórico, en donde lo esperable era que el hombre no concurriera a los controles del embarazo y mucho menos que participara del trabajo de parto.

Puede ser un buen ejercicio preguntar a nuestros padres y abuelos, rememorando las vivencias y formas de experimentar la paternidad en cada familia. De esta forma resulta sencillo tomar conciencia de la rapidez con que se han cambiado ciertos roles.
Conozco hombres que conocían a sus bebés durante el horario de visita del hospital. Otros que nunca cambiaron un pañal.
 
Fuente: pixabay.com
Los padres actuales se enfrentan a esta experiencia sin modelos claros de cómo vivirla, pues sus padres y abuelos la enfrentaron de forma totalmente distinta. Esto no es algo “bueno” ni “malo”, sino que explica la complejidad en la construcción del modelo moderno de paternidad. Muchas veces estos papás, se ven bombardeados con múltiples exigencias del entorno: ir a los talleres de parto, asistir a las consultas con el ginecólogo, participar en el trabajo de parto, y luego enfrentar la crianza de forma activa y participativa.
Muchos hombres le dan la bienvenida a esta forma de vivir la paternidad, se sienten cómodos con ella, y la viven en plenitud. Sin embargo, esto no siempre ocurre así. Hay papás que se sienten incómodos en estas actividades, que no son capaces de sostener las molestias de la mujer en el trabajo de parto, ni tampoco pueden manejar las vicisitudes propias de la crianza. Lo interesante puede ser que el hombre se cuestione estas exigencias y pueda resolver junto a su pareja la mejor forma de vivirlas para su familia. Por ejemplo, preguntarse:
  •   ¿Cómo me siento en las consultas con el ginecólogo? ¿En los talleres de parto? 
  • ¿Me siento contemplado?
  • ¿Me genera más ansiedad y miedos?
  •  ¿Me siento exigido?
Cuestionarse y reflexionar sobre estos aspectos conlleva a un mejor manejo de la realidad. Si el padre se siente exigido en los talleres de parto, pero no contemplado en sus propias necesidades e inquietudes, quizás sea una buena idea buscar otras opciones de talleres. Lo mismo con el médico que realice los seguimientos. Si el hombre siente la exigencia de tener que ir, ya sea porque la mujer precisa de su compañía, o porque entiende que su presencia es importante, entonces ambos merecen un profesional que contemple las dudas y miedos que puedan surgir.

La presencia del papá en el parto
En este cambio social vertiginoso, la presencia del padre en el trabajo de parto parece ser imprescindible. Muchas veces se sienten juzgados por el personal de salud si el hombre decide apartarse o dejar lugar a otro miembro de la familia. La realidad es que el hombre no siempre ejerce un rol útil en el trabajo de parto. Aquí la mujer tiene la necesidad de sentirse cómoda, contenida y acompañada en las sensaciones físicas que pueden resultar muy intensas. Si el hombre no es capaz de sostener estas vivencias, quizás sea mejor que haya otra persona presente que sí pueda ejercer un rol activo.
Recuerdo el caso del cantante Robbie Williams, quien durante el trabajo de parto de su pareja comenzó a cantar y bailar causando risas en todos quienes acompañaban, excepto en su pareja. Las imágenes de este video son muy significativas, pues ella quería fulminarlo con la mirada, mientras él se divertía y disfrutaba de la experiencia.

El hombre precisa conocer las distintas fases del trabajo de parto, para así poder acompañar a la mujer desde un rol activo y comprensivo, siendo un verdadero pilar en la bienvenida a su bebé. Cuando la pareja consigue compartir esta experiencia, será un momento que quedará granado tanto en las memorias individuales, como en los recuerdos fundantes de su historia familiar.
Pero es preciso tomar consciencia que no todos los hombres pueden sostener emocionalmente a sus parejas, pues requiere de una gran exigencia física y psicológica. Es frecuente encontrar casos en donde la mujer opta, por ejemplo, por darse la anestesia epidural pues se siente sola o no encuentra ayuda para sobrellevar las molestias propias de las contracciones. Algunas mujeres me han confesado que prefieren usar la anestesia en el trabajo de parto, no por ellas mismas, sino pensando en sus parejas, quienes no saben manejar bien el dolor ajeno.

La presencia de una Doula puede ser un buen recurso para estos hombres un poco más inseguros, ya que la misma será de contención no sólo para la mamá, sino también para el padre. Ella le dará herramientas al hombre para que pueda acompañar a la mujer, y en caso de necesitarlo, él podrá replegarse mientras que la Doula acompaña a la mamá. De esta forma la mujer no deja de estar apoyada y contenida mientras transita la experiencia del parto.

¿Qué sucede en la lactancia?
Me asombra saber que aún existen centros de maternidad donde se sugiere que el hombre no asista al taller de Lactancia Materna. Está ampliamente demostrado que el apoyo del padre es un elemento crucial para que la lactancia se sostenga y sea exitosa. La mamá puede lidiar con comentarios engorrosos de sus familiares, vecinos y hasta del personal de salud, pero si el padre del bebé insiste por ejemplo, con ofrecer un biberón en la noche, la mujer podrá sostenerlo un día o dos, pero al tercero accederá al biberón. Es fundamental que el hombre esté informado, que conozca los beneficios de la leche materna así como de los riesgos de la leche artificial, para entonces ser un verdadero compañero en esta travesía de la lactancia.

Fuente: www.dogumkaresi.com/
Tanto durante el embarazo como en los primeros meses del puerperio,  la mujer está en un momento de gran vulnerabilidad emocional y cognitiva, esto significa que en muchas ocasiones el hombre tendrá una función de “ayuda memoria”. Si él participa de encuentros en talleres, si comparten lecturas de la temática, a la hora de tener que vivirlo, él podrá recordarle a la mujer elementos importantes para el éxito de la lactancia.


En conclusión, los padres modernos se encuentran exigidos en tener que cumplir con un rol completamente nuevo en nuestra cultura. Algunos se sienten muy cómodos y disfrutan de esta experiencia, mientras que otros no tanto. Será crucial la comunicación de la pareja para poder compartir los sentimientos mutuos y así poder diseñar juntos la mejor forma de convertirse en papás.

Lic. Claudia López Rodríguez

www.nacemama.com

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