Volver a casa: ¡bienvenido bebé!

El nacimiento de nuestro hijo siempre despierta en la familia fuertes emociones y alegrías. Implica una revolución, no solo para la mamá, si no para todo su entorno. Con cada nuevo bebé nos convertimos en madres, padres, abuelos, tíos y hermanos. En nuestra cultura, el 99% de los partos se dan en centros hospitalarios. El bebé y su mamá pasarán los primeros días luego del nacimiento, en un entorno lleno de cuidados y atención constante. En los padres se generan sentimientos ambivalentes respecto a la internación. Por un lado, anhelan volver a su casa, ya sea porque allí espera otro hermanito, o por las comodidades propias del hogar. Sin embargo, en el hospital tienen la posibilidad de consultar con una enfermera constantemente, el pediatra los visita todos los días, y ante la minima duda, siempre hay alguien que puede socorrerlos.

Por lo general, entre las 48 y 72 horas de nacido, se da el alta a la mamá y al bebé. El momento de salir del hospital con el bebé en brazos, suele ser una fantasía recurrente en el embarazo. Es el primer contacto, extrahospitalario, que el bebé tiene con el mundo exterior. Se puede identificar claramente cuando una mamá sale del hospital, por primera vez, con su bebé. Tienden a sobre abrigarlo, lo envuelven con mantas, lo toman firmemente; son todos elementos naturales que muestran el sentimiento de protección que genera nuestro bebé recién nacido.

El llegar a casa también es un momento especial. Es el reconocimiento de nuestro hogar, volver a un entorno conocido, que nos genera seguridad. Resulta saludable que la casa esté preparada para recibir al nuevo integrante, ya sea con un pequeño espacio destinado para su ropa, el cambiador, su cuna, o cuales sean los objetos que pertenezcan al bebé.
Es importante que la familia prevea tener este espacio pronto. Con un bebé recién nacido puede resultar difícil destinar tiempo para armar una cuna, o para ordenar ropa. Son elementos simples de prever, y que facilitan mucho la llegada a la casa.

En este momento, resulta fundamental que la mamá esté descansada y se alimente bien. Las mujeres tendemos a olvidar este punto. Nos concentramos en las necesidades del bebé, y las tareas de la casa. Muchas mujeres expresan que están de “licencia maternal” como una razón para hacerse cargo de todo lo que dejaron de hacer en las últimas semanas de embarazo. Olvidamos que la licencia maternal está pensada para que la madre pueda DESCANASAR y RECUPERARSE. No es para trabajar. Para disfrutar plenamente de la llegada del bebé, los primeros días en casa, y todas las primeras experiencias que suceden en estos días, es imprescindible que mamá esté descansada y alimentándose correctamente.

Culturalmente tendemos a poner todas las miradas hacia el bebé. Sin embargo, deberíamos mirar todo el núcleo familiar. Debemos pensar en la mamá y sus necesidades, frecuentemente sufre de dolores propios del puerperio, su sueño es entrecortado, y debe aumentar su ingesta de alimentos por la lactancia. El papá también tiene necesidades propias, emociones nuevas que experimenta. Si hay otro hermanito, éste va a demandar atención y afecto. Es decir que, la llegada de un bebé mueve un montón de necesidades en toda la familia, y la vida durante estos días se debe ajustar a la nueva realidad. Esto puede implicar levantarse de la cama al mediodía, que la casa no esté reluciente de limpieza, y que por unos días no se participe de actividades sociales, entre otras cosas. Los papás deben entender que esta situación se va a dar durante un tiempo acotado, que no va a ser siempre así, sino que a medida que pasen los días, tanto el bebé como los demás integrantes se irán adaptando a la vida cotidiana.

Otro tema fundamental es la organización de la visita. Culturalmente, tendemos a ir a visitar a los bebés recién nacidos, forma parte de nuestras costumbres el agasajar a la mamá y al bebé con regalos. Muchas veces sucede que amigos de los abuelos, o compañeros de trabajo del padre, se presentan a hacer la visita “formal” al bebé. Hay personas con las que tenemos más confianza que con otras, y hay visitas que pueden incomodar más que otras.
En este momento es importante que, tanto mamá como papá, tengan claro que ellos y su bebé son los protagonistas. No es momento de hacer cumplidos con nadie.

Es muy frecuente recibir consultas de lactancia, o bebés que presentan muchos cólicos, y al indagar encontramos que no han dejado de recibir visitas, ya sea porque hay una familia grande, o porque hay muchos amigos que quieren estar presentes. Personalmente, considero que se debe visitar al bebé luego del primer mes de nacido. Los primeros 30 días suelen ser muy intensos, y el núcleo familiar necesita su tiempo para disfrutar y adaptarse a la nueva realidad. Esto no significa que los abuelos deban conocer a sus nietos al mes de nacido. Todo lo contrario. Estos primeros días son el momento para que, las personas de confianza, se hagan presentes y colaboren con los papás. Pueden ayudar con la limpieza de la casa, llevando comida o cocinando, atender si hay otro hermanito, o cuidar al bebé mientras la madre se baña o descansa. Es necesario que la familia y amigos cercanos estén presentes, pero no a modo de visita, si no para acompañar y apoyar, según las necesidades de los padres y del bebé.

En conclusión, luego del alta, llegar a casa con nuestro bebé, es un de los momentos que quedará grabado en la memoria de papá y mamá. Van a surgir varias situaciones nuevas, y es natural que los padres sientan un poco de desconcierto. En el hospital uno aprieta un botón, y a los minutos encontramos una simpática enfermera dispuesta a ayudarnos. A determinadas horas, aparece una amable señora con comida lista y caliente. Generalmente, en la casa, esto no sucede. Los padres deben ingeniarse para atender al bebé, entender qué le sucede cuando llora, y como si fuera poco, ocuparse de toda la logística de la casa. En este momento el apoyo de la familia es fundamental. Adaptarse a la llegada de un bebé es un proceso que puede llevar varios días, implica un lindo desafío, que con paciencia y cariño, todo padre logra exitosamente.

Claudia López Licenciada en Psicología info@nacemama.com

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