Se viene el día de la madre... muchos regalos, anuncios de todo tipo y color... desde NaceMamá les proponemos "bajar" un poco la idealización y reflexionar sobre los desafíos de la maternidad. Vamos a comenzar por casa, por eso les compartimos la reflexión de Claudia, Directora de nuestro centro. Nos encantaría recibir tu testimonio... sin premios, sin sorteos... con el único fin de compartir experiencias, vivencias, y dar a conocer lo que realmente significa ser madre. Recibimos historias y fotos en nuestro mail info@nacemama.com, y con vuestra autorización, serán subidos al blog.
Cuando nació mi primer hija, hace ya 9 años, no tenía idea de nada. No sabía lo que era un “pelele” ni la diferencia con una “batita”. No sabía cómo se cambiaba un pañal ni noción tenía sobre la lactancia. Uno puede pensar que el mayor desafío fue aprender todas estas cosas rápidamente… pero no.
La primera muestra de la
“maternidad” fue cuando, en el trabajo de parto, la ginecóloga nos dijo que
teníamos que ir a cesárea. Ese golpe con la realidad, cuando lo que uno quiere,
espera y anhela no es posible. Durante meses, o años previo al nacimiento, uno
se imagina cómo será, nos hacemos ideas y construimos fantasías sobre nuestro
parto, los primeros meses del bebé. Construimos una imagen de qué significa ser
madre para nosotros, y por más que leamos otras realidades, o nos cuenten
distintas experiencias, ese castillo que hemos construido durante años es nuestro
objetivo. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con la realidad, esta no siempre
se ajusta con lo “ideal”.
Parece ser un planteo bastante
básico, ¿acaso no es evidente que la realidad es distinta a nuestra
imaginación? Pero en lo que refiere a maternidad, existe una idealización
social muy importante. Yo realmente pensaba que estaba haciendo algo mal. Lucía
tenía cólicos, dormía muy mal en la noche, le costaba engordar…. Nadie me había
contado esta parte de la maternidad. Me llevó mucho tiempo darme cuenta que todo lo que sucedía era completamente normal.
La incertidumbre, la frustración,
el desconcierto son todos sentimientos que van a estar presentes en la
maternidad. Pero no solo en los primeros meses, sino que durante toda la vida
creo yo. Tener hijos te enfrenta día a día con la incertidumbre, uno pierde el
control sobre muchas cosas. Por ejemplo, aunque deseemos con todo nuestro
corazón que no se enfermen, y limpiemos la casa de “arriba abajo”, va a ser
inevitable. ¡Y está bien! Forma parte de la vida.
En estos 9 años de aventura como
“mamá”, nos enfrentamos con el desafío más grande. Le
diagnosticaron a Lucía un tumor en una pierna, de esas cosas rarísimas que al
1% de niños les pasa… pues nos tocó. Elijo contarlo en esta reflexión porque
creo que refleja claramente el desafío de encontrarte con la realidad, y que
como madre nos van a pasar de las experiencias más maravillosas e increíbles,
así como otras angustiantes y que nos van a exigir el máximo de nosotras. En
esta experiencia de vida, lo que aprendí es que mi rol de madre no significa
ser “perfecta”: cocinar rico, tener la casa ordenada, los niños prolijos… nada
de eso. Ni tampoco tener grandes expectativas: que los niños puedan hacer esto
o aquello, que sean buenos en matemática o sepan decir palabras complicadas.
Para mí, “ser mamá” significa acompañar, guiar y proteger su desarrollo. A
nuestros niños les van a tocar vivir distintas experiencias: buenas, malas,
agradables o traumáticas. Tenemos que amigarnos con la incertidumbre del día a
día: ¿qué la va a pasar a nuestro hijo hoy? No lo sabemos, pero lo importante
es que nosotras vamos a estar allí para que no lo viva solo.
Felizmente, el tumor se lo pudieron
sacar, y no fue nada grave como sucede en otros casos. Ella muestra su cicatriz
con orgullo, como una “herida de batalla”. Y para mí es una muestra constante
de que no tengo idea que puede venir en el futuro, pero sea lo que sea,
estaremos junto a ella para acompañarla.
Claudia López Rodríguez
Licencida en Psicología
IBCLC
www.nacemama.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario