Llega el verano, y con él los días largos de calor, la playa y las
vacaciones escolares. Algunos padres aprovechan a tomarse días de licencia para
estar con sus hijos. Este escenario parece ser ideal para enseñar a los niños a
dejar los pañales y comenzar a usar el baño. Sin embargo, no siempre resulta
una tarea sencilla, y la excusa del verano puede llevarnos a comenzar este
proceso antes de tiempo.
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Photo credit: p!o / Foter / CC BY-NC-ND |
Los pañales son un recurso sumamente práctico para los padres, ya sean
descartables o de tela, nos dan la comodidad de que nuestros hijos no estén
ensuciando toda la casa o su ropa a la hora de hacer sus necesidades. Tenemos
la idea de que a cierta edad los niños ya tienen que estar prontos para usar el
baño y dejar los pañales, es una señal de madurez e independencia. En algunas
ocasiones con el afán de ayudar, aceleramos los procesos naturales de los
niños, algo que va en detrimento de su desarrollo. El calor del verano nos hace
estar más ligeros de ropa, es más sencillo tener a nuestros bebés sin pañales,
y los lavados de ropa se secan con mayor facilidad. Pero esta comodidad es para
nosotros, los papás, y no necesariamente concuerda siempre con el momento
preciso para los niños. La pregunta clave es ¿cómo darnos cuenta cuando es el
momento adecuado?
La Asociación Americana de Pediatría nos indica algunas señales para
saber cuando el niño está pronto para dejar los pañales:
- Se puede comunicar. No implica que el niño hable perfectamente, pero sí que pueda hacerse entender. Necesita tener la habilidad para comunicar cuando quiere orinar, que pueda expresar sus necesidades y dificultades, así como también comprender al adulto.
- Deseo de independencia. El niño busca hacer las cosas solito, comienza a decir “yo puedo” o “yo solo”, y no quiere que el adulto lo ayude.
- Imitación. Imita a los adultos en sus hábitos, busca copiar y se lo puede guiar en las conductas “Como hace papi”, “como hace mami”.
- Habilidades motrices. Es capaz de caminar hasta el baño por su cuenta, puede bajarse y subirse la ropa interior. Esto es una habilidad que se va adquiriendo, no requiere que pueda hacerlo desde que comienza el proceso de dejar los pañales, pero se muestra interés y capacidad del niño.
- El pañal pasa varias horas seco. Esta es una de las principales señales que el niño está pronto para dejar los pañales. Implica que el niño comienza a lograr pasar períodos largos sin evacuar, es el primer paso para controlar los esfínteres.
- Edad: Usualmente los niños comienzan a controlar sus esfínteres luego de los 2 años de vida, algunos niños antes, otros después. El pañal de la noche puede demorar aún más.
Es importante comprender que el niño no APRENDE a controlar
esfínteres, es una ADQUISICIÓN
evolutiva, es decir que por su propia madurez lo va a conseguir. Si las
señales mencionadas anteriormente se cumplen, dejar los pañales suele ser un
proceso sencillo. Se acuerda con el niño que no usará más pañales, cosa que
suele ser de gran orgullo para ellos, y fácilmente toman el hábito de usar el
baño. Si el proceso se torna largo y frustrante, entonces no es el momento
indicado. Si necesitamos volver a usar pañales, no hay ningún inconveniente. Es
más importante que el niño se sienta seguro y respetado, a que se sienta
forzado en algo que no está neurológicamente preparado para conseguir.
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Photo credit: Pink Sherbet Photography / Foter / CC BY |
El verano es una época propicia para probar, dejar al niño sin pañales
y comprobar si logra avisar antes de evacuar. Pero debemos tener cuidado que no
resulte una experiencia negativa, si el niño se siente sucio y molesto, en el
futuro cuando queramos volver a probar, puede resultar difícil convencerlo. En
esta época es común ver a los padres con la “pelela” atrás de los niños: “¿Querés pichi?”, “¡no te vayas a hacer!”,
“vení a sentarte un ratito en la pelela”, “vamos a leer un cuento en la pelela”.
Este desgaste es totalmente innecesario, cuando nuestro hijo está pronto para
controlar, simplemente al sacarle los pañales avisará cuando quiera ir al baño.
Puede haber algún que otro “accidente”, pero no es lo más común.
Evitemos comenzar este proceso en momentos de grandes cambios o estrés
familiar, ya sea en mudanzas, nacimiento de un hermano, divorcio, etc. Mucho
cambio junto suele ser estresante para cualquier adulto, mucho más para un
niño. Nosotros también estaremos más disponibles emocionalmente en momentos
tranquilos a nivel familiar, y podremos acompañar mejor a nuestros pequeños.
¿Y los papás están prontos?
Esta es la siguiente pregunta a realizarse. Quizás el niño esté
pronto, pero los papás aún no. Que nuestro hijo deje los pañales es una gran
señal de independencia, ha crecido, ya no es un bebé. También nos enfrenta con
tener que respetar los tiempos de nuestros hijos, ya no implica cambiar el
pañal cuando el adulto quiere, sino acompañar al niño los primeros tiempos
cuando él o ella deciden. Quizás estemos saliendo de nuestra casa y al niño se
le ocurre que quiere “caca”, o en el mejor momento de la película comienza a
gritar “¡¡pichi… pichi!!”. Aceptar los procesos de los niños y estar
disponibles para sus tiempos es un compromiso que debemos asumir como padres.
En conclusión, más allá de que el verano es una época ideal para
comenzar con el proceso de que nuestro hijo deje los pañales, no siempre suele
ser el momento oportuno para nuestro niño. Ser conscientes que no es algo que
el niño debe aprender, o que nosotros debemos enseñarle, es la regla de oro.
Únicamente debemos buscar las señales que nuestro hijo nos da para saber si
está pronto o no, y acompañarlo amorosamente en su proceso de crecimiento.
Lic. en Psic. Claudia López
www.nacemama.com
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